La voz que se hace miel en un susurro, que envuelve en satén el deseo y borra mi cuerpo en un beso, para en un beso pintarlo de nuevo.
La voz que palpita en mi noche, que viste de gala mi fuego y mece, en sus brazos de luna, la aurora del tiempo de ensueño.
La voz de una hebra de lluvia que roza en su aliento mi aliento, que escribe en mis ojos ternuras y llena mis labios de espejos.
La voz que se rompe en mi piel, que siembra cristales preciosos con alas que levantan el vuelo y llevan en su caricia un te quiero.
La voz de mi pijama. La voz de mi almohada. Tu voz.
(Breve poemario, Cunas sin nana, Mara Romero Torres)
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