Poder del Cielo que caes en la tierra:
En esta noche de distancia,
haz que hable el sonido de las estrellas;
haz que el océano sea un vaso de agua
y calma la sed del amado mío
cuando su mente pronuncie mi nombre
y en sus venas palpite mi piel.
Mándale mi voz clara y serena,
para que se duerma en mi latido,
y únenos en ese punto divino
donde pasan la noche tus peregrinos.
(Breve poemario, Cunas sin nana, Mara Romero Torres)
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