El último grano cayó
golpeando el cristal cotidiano
y la vida se precipitó
por una grieta
oscura
profunda.
Y, sobre la estrella blanca de un campo azul,
tocaron a dolor las campanas púrpura del Copihue.
Tú, Pacífico Océano de espuma fría,
quisiste convertir al Maule
en un río de Robinsones desesperados
para que el verdadero poder
no haga remanso en el olvido...
Y el corazón del mundo
puso una barca en tus aguas
que surcó la Araucanía y la octava del Biobío.
Febrero del Chumaihuén
que prepara su otoño para el sueño del invierno,
después de agradecerle a la Pacha Mama
y haber recibido en círculo al Sol,
y no te van a dejar dormir
porque el llamado del tiempo pide que estés despierto
y prepares la Cruz del Sur
en un inicio que tiene al mundo contigo.
En la paz de tu reserva,
desde este mayo de amor adelantado por ti,
las lágrimas dejarán la muerte
y aprenderemos a bailar desde tu vientre rojo
la Cueca de la Vida.
El día 18 de este mes tuvo lugar en Madrid un maravilloso evento que reunió a poetas de todo el mundo, con el noble fin de aportar un grano de amor para Chile. Me propusieron que enviara un poema y no lo pensé dos veces. Escribí "La cueca de la vida" y otro poeta le puso su voz, porque yo no pude asistir. A todos os doy las gracias, amigos, y os felicito desde el alma por ser como sois: Poetas de tinta, alma, corazón y vida. ¡Un abrazo, Chile!