Mis versos te mecen
en las horas ausentes de sueño.
Ellos son los brazos que te rodean
y encienden el fuego en mi pecho,
cuando, en la noche sin ti,
vierto en mi almohada el deseo
y repito, repito, tu nombre
e imagino, imagino, tu cuerpo
y te digo, te digo, te quiero
y responde, responde, el silencio.
(Poemario, Al Calor de la Idea)
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