Miras al mundo
y el mundo te va a devolver la mirada.
Ya te ve.
Saluda al sol cada mañana
porque, aunque esté nublado,
la luz del día te dice que está ahí.
Coge lo que te da
y dile: «“detente, Sol, yo te saludo”,
después de que me escuches
puedes seguir. Muéstrame el camino
que siguen los peregrinos que van a mi isla,
para que mi canto los ilumine
y mis ojos suavicen las llagas de sus pies,
cansados de vagar,
ansiosos por llegar, y llenarse de vida».
Toma luego entre tus manos un rayo de esperanza
y pinta con él el aire
de la mirada del mundo,
para que nadie se olvide de decir cada mañana:
«Buenos días, Sol, yo te saludo».
(Poemario, Al Calor de la Idea)
En el silencio de un crepúsculo azul, los constructores de mi punto de encuentro sois Soma y tú. (Mara Romero Torres)
jueves, 10 de diciembre de 2009
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Me pierdo bajo la lluvia
Me pierdo bajo la lluvia
por los caminos desolados de mi corazón,
antaño concurridos,
y veo que las cadenas se deshacen
y me defino en el aire.
Me alejo del lago plateado
que los años han convertido en cieno
y limpio en mis pies
el hedor de las miserias podridas
con agua del nuevo tiempo.
La lluvia se vuelve torrente
y arrastra de mi alma la pus de sus heridas,
remueve hondo para la siembra
y allana la superficie
para que la semilla al caer encuentre
suave lecho que la geste.
(Del poemario Galeotto la noche)
por los caminos desolados de mi corazón,
antaño concurridos,
y veo que las cadenas se deshacen
y me defino en el aire.
Me alejo del lago plateado
que los años han convertido en cieno
y limpio en mis pies
el hedor de las miserias podridas
con agua del nuevo tiempo.
La lluvia se vuelve torrente
y arrastra de mi alma la pus de sus heridas,
remueve hondo para la siembra
y allana la superficie
para que la semilla al caer encuentre
suave lecho que la geste.
(Del poemario Galeotto la noche)
martes, 8 de diciembre de 2009
Desde Soma
Desarrollando esa sensibilidad que conecta lo supremo.
Poniendo en pie la mirada de mundos infinitos.
Mirando limpio el reflejo del espejo de la vida.
Así quiero que vayan mis pasos;
así quiero que vayan los tuyos:
enlazados en un nocturno que pronuncie el amanecer
con el lenguaje inconfundible que llueve acordes en sol
desde el gran Soma que asoma en suma para dos.
Poniendo en pie la mirada de mundos infinitos.
Mirando limpio el reflejo del espejo de la vida.
Así quiero que vayan mis pasos;
así quiero que vayan los tuyos:
enlazados en un nocturno que pronuncie el amanecer
con el lenguaje inconfundible que llueve acordes en sol
desde el gran Soma que asoma en suma para dos.
sábado, 5 de diciembre de 2009
Por quererte tanto sin razón
Por el beso que quiero darte
y que no me das.
Por el abrazo que enreda las almas
y que no está.
Por la voz que se quiebra en suspiro
y que tú no oyes.
Por el universo de una cama de arena
y que tú no ves.
Por la vida que sueño contigo
y que no es para mí.
Por el susurro que estremece tu piel
y que no es el mío.
Por el deseo que enciende tu cuerpo
y que no soy yo.
Por amarte en un vuelo perdido
por perdido tengo el corazón,
por saber cuánto te quiero
por quererte tanto sin razón.
(del poemario Al Calor de la Idea)
y que no me das.
Por el abrazo que enreda las almas
y que no está.
Por la voz que se quiebra en suspiro
y que tú no oyes.
Por el universo de una cama de arena
y que tú no ves.
Por la vida que sueño contigo
y que no es para mí.
Por el susurro que estremece tu piel
y que no es el mío.
Por el deseo que enciende tu cuerpo
y que no soy yo.
Por amarte en un vuelo perdido
por perdido tengo el corazón,
por saber cuánto te quiero
por quererte tanto sin razón.
(del poemario Al Calor de la Idea)
Eco en la madrugada
Mis versos te mecen
en las horas ausentes de sueño.
Ellos son los brazos que te rodean
y encienden el fuego en mi pecho,
cuando, en la noche sin ti,
vierto en mi almohada el deseo
y repito, repito, tu nombre
e imagino, imagino, tu cuerpo
y te digo, te digo, te quiero
y responde, responde, el silencio.
(Poemario, Al Calor de la Idea)
en las horas ausentes de sueño.
Ellos son los brazos que te rodean
y encienden el fuego en mi pecho,
cuando, en la noche sin ti,
vierto en mi almohada el deseo
y repito, repito, tu nombre
e imagino, imagino, tu cuerpo
y te digo, te digo, te quiero
y responde, responde, el silencio.
(Poemario, Al Calor de la Idea)
viernes, 4 de diciembre de 2009
Al Calor de la Idea
Se acabaron los paraísos falsos.
La hija de Eva tiene un cesto de manzanas
con destierro para los ángeles
y gloria para los diablos.
Va desnuda. La mejor ropa es su piel.
Vive al relente y se baña en la escarcha
y donde duerme nadie lo sabe
y cuando ama crece la nieve.
Lleva en el cuello las llaves del mundo.
Tiene poder para incendiar los infiernos.
Maneja el carro de la muerte
y, cuando llora, nadie la ve.
(del poemario Al Calor de la Idea)
La hija de Eva tiene un cesto de manzanas
con destierro para los ángeles
y gloria para los diablos.
Va desnuda. La mejor ropa es su piel.
Vive al relente y se baña en la escarcha
y donde duerme nadie lo sabe
y cuando ama crece la nieve.
Lleva en el cuello las llaves del mundo.
Tiene poder para incendiar los infiernos.
Maneja el carro de la muerte
y, cuando llora, nadie la ve.
(del poemario Al Calor de la Idea)
No sabes el porqué
Esta noche no has podido dormir
y no sabes la razón.
Será que no he cerrado el canal
que me conecta a ti.
Has pasado la noche inquieto
y te has levantado con ojeras.
Será que te faltaba algo.
La ducha, el afeitado y ese espejo
en el que te ves extraño.
Será que estoy al otro lado.
(del poemario Al Calor de la Idea)
y no sabes la razón.
Será que no he cerrado el canal
que me conecta a ti.
Has pasado la noche inquieto
y te has levantado con ojeras.
Será que te faltaba algo.
La ducha, el afeitado y ese espejo
en el que te ves extraño.
Será que estoy al otro lado.
(del poemario Al Calor de la Idea)
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