De entre todos los desterrados,
esta rebeldía fue la más condenada
a sentir dolor de ti y de tu no tú.
Estás ahí,
al otro lado de la cortina plomiza
que separa tu cielo del mío
y, cuando duermes,
tu lento respirar se desliza
por el hilo tenso que te lleva a mi sueño.
Entras sin hacer ruido,
como un enamorado en busca de su amor furtivo,
en ese edén secreto donde habita tu presencia.
Estás ahí,
tan dentro de mi silencio
conformado en la constante esencia
de una imagen liberada
cuyo nombre mi mente pronuncia y mis labios
evitan
para no perturbar la paz de los sueños.
Más allá de la cortina plomiza,
el reloj de arena tiene un minuto eterno
que transforma la vida y la contempla
en la cotidianidad de no tenerte
y saber
que estás en mí.
© Copyright: Mara Romero Torres, del poemario "Pañuelos de La Alhambra", poema V
Precioso poema, dulce como eres tú, te mereces todo mi respeto y admiración por ello.
ResponderEliminarAbrazos querida amiga.
¡¡Gracias, Higorca!! Te quiero mucho.
EliminarUn abrazo enorme, preciosa mía.
Estás ahí,
ResponderEliminartan dentro de mi silencio
conformado en la constante esencia
de una imagen liberada
cuyo nombre mi mente pronuncia y mis labios
evitan...
Muy bella imagen de esos sentimientos difíciles...un abrazo de azpeitia
¡¡Un abrazo grande, Azpeitia!! Muchas gracias, querido amigo.
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