sábado, 8 de diciembre de 2012

Luna Gitana

El poema y la música de este audio son de Fernando Rabih, cantautor del grupo La Surca (Buenos Aires, Argentina). Espero que os guste. Podéis escucharlo y descargarlo si os gusta. Va para vosotros con todo mi cariño.

domingo, 10 de junio de 2012

Señores, tienen razón



Mundo de ciegos y sordos
donde más habla el sin ton ni son;
donde el necio se cree galán
y el trepa conquistador;
donde el vanidoso pretende ser admirado
como único beneficiario de la admiración
y el inculto todo lo sabe ignorando
que existe la interrogación.

Y es que el hacerse preguntas planta verdades,
acerca monstruos al pensamiento,
obliga a tomar posición
y resalta las carencias.

Señores, tienen razón:
¿Para qué vamos a pensar
y a complicarnos la vida?
Si nacimos siendo tan sabios
y dotados de tanta perfección,
que el pensar lo haga quien lo necesite
que por nosotros siempre habrá quien piense
e implante su decisión.

Que piense quien no sea capaz
de vivir en este mundo de ciegos sordos parlanchines
que presumen al hablar, hablando sin ton ni son
desde un ombligo feudal que rinde culto formal
a sus gloriosos vahídos.

Aquí, donde el aplauso egolatra y no da más fruto que el “yo”,
que sigan los bajos fondos,
el decir y hacer corrupto
y las traiciones al amor
que a fin de cuentas, señores,
es un órgano el corazón.

El que tenga hambre que pida,
que ya habrá quien le dará,
y el que sufra que se calle
que no son tiempos de llorar.

Ilustre mundo de ciegos sordos parlanchines
donde el aplauso egolatra y ayuda a saltar,
estás jodido y no te enteras
o no te quieres enterar.

Los monitos de feria son felices
cuando se les echa un cacahuete
y por recibir tal recompensa
no se lo piensan
y saltan más.

© Copyright, Mara Romero Torres
(Imágenes tomadas de la web)

jueves, 17 de mayo de 2012

Sueños de mar y tierra


Palabras sin miedo
desde este lado en donde estoy,
a un paso de la alborada,
en una casa que en desfiladeros
se va quedando vacía.

Tengo,
en el interior de mi mirada,
la imagen de dos marineros
que vuelven del mar y caminan
hacia el hogar del mediodía
con olor a salitre
y paso firme en la incertidumbre 
del encuentro.
A la hora del regreso,
sus pasos son más blandos en la tierra
que en la mar sus pensamientos. 

En la mar, los sueños están abiertos;
en tierra, hay olas de sueños muertos.

Estáticos entre dos mundos
quedan en símbolos sus cuerpos.
El uno, en su caminar,
presta oídos a esa mar
que en su mejilla da un beso;
el otro, sentado en un banco,
llama aliento al desaliento
que desubica en la tierra
el vuelo del Pegaso blanco
que define mar y cielo.

Los sonidos de sus voces
no es que se callen por miedo,
es que hablan con la mar
que los espera en el puerto.

Estáticos en los símbolos
viven dos marineros.
Sus pasos sobre la tierra
y el alma entre el mar y el cielo.


©Copyright: Mara Romero Torres
Fotos: Marineros del Puerto de Cartagena, Murcia, España, verano 2011

domingo, 15 de abril de 2012

De mi corazón al tuyo



A veces hay días que vienen cargados de noche. Se alargan y extienden brazos de laberinto sin salida que dejan arañada el alma. Estos días han sido de esos. Esos días se llaman yo. 

A veces hay noches que vienen cargadas de luz. Se expanden y encienden bálsamos de arco iris que abren esperanza en el corazón. Esta noche, es de esas. Estas noches se llaman tú.


jueves, 1 de marzo de 2012

Estás en mí


De entre todos los desterrados,
esta rebeldía fue la más condenada
a sentir dolor de ti y de tu no tú.
Estás ahí,
al otro lado de la cortina plomiza
que separa tu cielo del mío
y, cuando duermes,
tu lento respirar se desliza
por el hilo tenso que te lleva a mi sueño.
Entras sin hacer ruido,
como un enamorado en busca de su amor furtivo,
en ese edén secreto donde habita tu presencia.
Estás ahí,
tan dentro de mi silencio
conformado en la constante esencia
de una imagen liberada
cuyo nombre mi mente pronuncia y mis labios
evitan
para no perturbar la paz de los sueños.
Más allá de la cortina plomiza,
el reloj de arena tiene un minuto eterno
que transforma la vida y la contempla
en la cotidianidad de no tenerte
y saber
que estás en mí.

© Copyright: Mara Romero Torres, del poemario "Pañuelos de La Alhambra", poema V

jueves, 9 de febrero de 2012

En las riberas del alma




En las riberas del alma

queda un mar de palabras enamoradas
naufragando en la galaxia de besos
abandonados
a su suerte.

El amor y el dolor de una vida que se trunca,
cercenando las entrañas de la propia vida,
avanzan en las mareas de la fragua salina
donde el escozor de una lágrima nos acerca
al origen del mar.

La noche queda postrada
ante la locura del héroe que sabe morir de amor,
mientras la jauría humana lo empuja a ir contracorriente,
y en las simas de un tormento hecho raíces
hace sabio el pensamiento.

Queda el mar en la magia de un principio
que nunca se perderá en el ocaso,
aunque los ojos se vuelvan vidriosos
y parezcan perforadas las aletas de bucear abismos.

Avanzando en constancia segura
y dejando huellas de amor
va el heredero de un mundo resistente al ostracismo
existiendo sobre el vasallaje de los lacayos del miedo
que vanamente se obstinan
en cambiar las escamas de los peces de colores.

Y en la oscuridad de un mar hecho de cielo,
recibe el gesto germinado
la Eva enamorada que va pariendo los tiempos
en las riberas del alma.


Poema XXIX, "Pañuelos de La Alhambra"


©Copyright Mara Romero Torres

viernes, 13 de enero de 2012

Soma y tú: Todo lo que te rodea es bello

Soma y tú: Todo lo que te rodea es bello: El incansable murmullo de la noche busca refugio en el recuerdo. Las redes de la memoria parecieran estar impregnadas de un viscoso alqu...

Todo lo que te rodea es bello


Audio del poema

El incansable murmullo de la noche
busca refugio en el recuerdo.
Las redes de la memoria parecieran estar impregnadas de un viscoso alquitrán salino
que pugna por lo venidero,
reclamando a voluntad abierta sobre un ciclo que debe cerrarse.

De la dársena del alma,
emerge el corazón que antaño puse a buen recaudo
y el tiempo que todo lo muta hace tu imagen gigante.

Todo lo que te rodea es bello.

Bello como el misterio del color de la rosa que aún no ha nacido;

bello como el plumaje del pájaro que aún no se ha vestido;

bello como el recibimiento que la noche le hace al alba;

bello como el perfume de la tierra acariciada por el agua;

bello como la danza de las hojas en la sinfonía del viento;

bello como el vientre fértil que gesta una vida dentro;

bello como el sabor prohibido que en la manzana hace impacto;

bello, amado mío, como el eterno suspiro que el aire conserva intacto.


©Copyright: Mara Romero Torres