Qué brillantes son las luces de mi ciudad.
¿Te parecen hermosas?
Desde este cerro se vuelven castillos de colores:
azules, verdes, rojas, amarillas, blancas.
Todas cobijando ilusiones
como esta mía de pretenderte en mis ojos
compartiendo mi mirada,
repartiendo las luces debajo de estas estrellas.
Míralas, ¿te gustan?
Después de que las mires bajaremos a las calles
y respiraremos la noche entre la gente
regalando este aire que ahora me pertenece.
Antes de bajar, pasaremos por La Alhambra
para que bebas sus jardines y reposes en sus aguas
y puedas entender el encanto de un paseo en mi mirada.
Luego, al salón de libros y descanso
entrará por la terraza el galán de noche
y la noche será menos noche hablando contigo
hasta que mis ojos se cierren
acoplando el mundo a mi manera...
Sé que no puedes oírme,
pero quizá en este momento estés sintiendo
una inquietud extraña.
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