Tu nombre:
Brisa fresca del mar,
reflejo de cumbre blanca,
sonido a nana de bronce.
Tu cuerpo:
Cincelado de deseo
con martillo de pecado.
Sabor a algas y a sal.
Tus ojos:
Luciérnagas encendidas
del fuego de las vestales.
Faroles en los caminos.
Tu boca:
La menta y la yerbabuena,
el tomillo y el romero,
la albahaca y la alhucema.
Tus manos:
Lazos de soleares,
remolinos que desgranan
filigranas de silencios.
Tu risa:
Puñal que cala suave
y escinde la vena opaca
de la raíz de la vida.
Tú:
El mar, el monte, el deseo,
el aroma, el movimiento,
el sabor, el puñal, la luz
de las canas de mi cuerpo.
Mara, eres, lo que soñaste ser un angel de la poesía. seguí, que me elevas en tus alas, hacia el cielo de misterio.
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