martes, 23 de agosto de 2016

Quizá ciertamente


No se es menos dios por ser mujer
ni el poder se suscribe al corazón  del ser hombre.
Los tropiezos y las sombras acosan por igual.

Si eres sabio, te aplaudo;
si soy sabia, aplaudeme tú.
Si no puedes salvar un obstáculo, te ayudo;
si no puedo salvarlo yo, ayúdame tú.

Nadie escribió bien nuestra historia ni hizo justicia
a la verdad no manifiesta con la que nacimos.
A ti te ensalzaron y a mí me hundieron
o más bien debería decir
que te ensalzaste a ti mismo y me hundiste a mí
temeroso de mi brillo y acomplejado
por la falta del tuyo.

Si yo tengo la nobleza de aprender de ti,
ten tú la humildad de aprender de mí.

Hay cualidades que sólo reflejan los dioses
y estos nunca confunden el camino que transitan.
Al dios menor que tú has creado se antepone el Todo
que me hace mujer.

Algún día entenderás que la mente es la luz que conduce al corazón.

© Mara Romero Torres
Imgen tomada de la web

sábado, 28 de mayo de 2016

Qué haría yo sin ti


Suave como la brisa en primavera
vienes puntual a nuestra cita.
Qué haría yo sin ti, si no te tuviera.
Qué sería de mí, si no me llegaras.

En la serenidad con que me miras,
traes la voz de lo sabido desmembrando
los pasajes ignotos que tambalean
la estabilidad del espíritu.

Todo es tan fácil contigo
que con saber que te acercas
olvido si alguna vez te temí
y el vacío tan insondable
se vuelve arcilla en mis manos.

Sin ti, no estaría completa.
Sin mí, no te faltaría nada.
Lo sé.
Y, sin embargo, sé también
que no habrá nada que nos separe
porque eres el tú de mi yo,
mi noche clara.

Copyright: © Mara Romero Torres
Imagen tomada de Internet