Palabras sin miedo
desde este lado en donde estoy,
a un paso de la alborada,
en una casa que en desfiladeros
se va quedando vacía.
Tengo,
en el interior de mi mirada,
la imagen de dos marineros
que vuelven del mar y caminan
hacia el hogar del mediodía
con olor a salitre
y paso firme en la incertidumbre
del encuentro.
A la hora del regreso,
sus pasos son más blandos en la tierra
que en la mar sus pensamientos.
En la mar, los sueños están abiertos;
en tierra, hay olas de sueños muertos.
Estáticos entre dos mundos
quedan en símbolos sus cuerpos.
El uno, en su caminar,
presta oídos a esa mar
que en su mejilla da un beso;
el otro, sentado en un banco,
llama aliento al desaliento
que desubica en la tierra
el vuelo del Pegaso blanco
que define mar y cielo.
Los sonidos de sus voces
no es que se callen por miedo,
es que hablan con la mar
que los espera en el puerto.
Estáticos en los símbolos
viven dos marineros.
Sus pasos sobre la tierra
y el alma entre el mar y el cielo.
©Copyright: Mara Romero Torres
Fotos: Marineros del Puerto de Cartagena, Murcia, España, verano 2011